Avance del Sínodo 2023: Abriendo paso hacia el documento de síntesis
Mientras el Sínodo de la Sinodalidad inicia su última semana en el Vaticano con un calendario modificado, todos los ojos están puestos en el anticipado documento de síntesis, previsto para el sábado por la noche.
La tradición de que el Sínodo escriba una carta de este tipo —o produzca un documento o mensaje similar a los fieles— está lejos de ser nueva. Sin embargo, el documento de este año apunta a un nuevo giro, al menos en la forma en que se realiza: a diferencia del informe de síntesis cuya aprobación está prevista al final del Sínodo, esta misiva sirve como una brújula que señala la senda para el camino sinodal.
Como indica Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación, si la síntesis es “transicional”, la carta debería ilustrar la trayectoria sinodal deseada, abarcando temas importantes como la paz, la migración y el alineamiento con el Papa y el magisterio pontificio, discutidos con vehemencia en la última semana de debates.
El Cardenal jesuita Jean Claude Hollerich, relator general del Sínodo, ya esbozó en su discurso de apertura una “hoja de ruta” para la siguiente sesión del Sínodo. Se reunirán varias propuestas, aunque no está claro si seguirán nuevas etapas continentales o locales.
La voluntad de la Secretaría General del Sínodo parece ser tener una presencia sólida y omnipresente en los procesos. Por lo tanto, todo dependerá de lo que esta solicite a los organismos regionales y continentales.
Las discusiones comenzaron en los círculos menores este lunes 23 de octubre, después de la Misa y la reflexión teológica. Luego de revisar y votar el documento, seguirá una pausa reflexiva hasta el martes, con la reunión de la comisión del informe de síntesis por la tarde. El 25 de octubre, la Congregación General revisará el esquema de este texto entregado por el relator general, seguido de un discurso abierto por la tarde y el rezo del Rosario en los Jardines Vaticanos.
Las enmiendas al informe de síntesis se deliberarán el jueves 26 en los círculos menores y la próxima fase del proceso sinodal será discutida por la Congregación General en horas de la tarde. Tras una pausa el 27 de octubre, el documento será revisado en el Aula Pablo VI el sábado 28 por la mañana y por la tarde, antes de su aprobación, concluyendo con el Te Deum.
A medida que el Sínodo se acerca a su conclusión, el llamado del Papa Francisco a la confidencialidad mantiene los debates esencialmente internos, aunque carecen de soluciones prácticas a cuestiones vitales como la disminución de las vocaciones o la fe vacilante, incluso en naciones tradicionalmente católicas.
El 20 de octubre, el Sínodo acogió el segundo de dos eventos en la Basílica de San Pedro, titulado Sin perjuicio del primado de la Cátedra de Pedro: el ejercicio del ministerio petrino en una Iglesia sinodal, explorando el equilibrio entre el primado papal y la reforma de la Iglesia en un contexto sinodal.
Moderado por el P. Darío Vitali y con debates de teólogos como los sacerdotes Leonardo Pelonara y Luca Massari, el evento analizó la relación entre primado, colegialidad y posible disidencia hacia las decisiones papales. El discurso también abordó el esfuerzo del Papa Francisco por reforzar a las Conferencias Episcopales y afirmó que la recepción de los documentos pontificios no es meramente pasiva, sino un llamado a los laicos a participar y discernir, con los obispos supervisando el proceso para evitar divisiones.
Rosalba Manes, profesora de Nuevo Testamento, profundizó en la narración del Evangelio de Juan sobre la Última Cena, enfatizando las lecciones de servicio y liderazgo que contempla para los apóstoles de hoy en día, instándolos a emular los ejemplos de Jesús y de Pedro de abnegación y protección hacia los demás.
Preparando el escenario para esta semana y el próximo año
El tema del primado papal será indudablemente una discusión esencial e influirá en el documento final. El debate oscila entre quienes quisieran cambiar las estructuras de la Iglesia —aplicando una variedad de ideas— y quienes abogan por el papel central del Sumo Pontífice.
Independientemente de hacia dónde apunte la aguja de la brújula, esta reunión del Sínodo indudablemente preparará el escenario para la sesión de 2024.